Es algo complicado el ser mujer.
Yo normalmente no me preocupo mucho de esto. Claro, lo soy y ya está. No hay mucho más que hacer ni que pensar al respecto.
Pero entre el día de la mujer la semana pasada, los toqueteos en el metro, la despedida de soltera de una amiga y la aparición de estrías en mis piernas, me doy cuenta de que no es nada fácil.
Lo último puede sonar un poco frívolo... pero me sorprendió encontrarme una rayita blanca en mi pierna derecha. Es minúscula, sólo la noté al mirar a algunos centímetros de distancia y comprobar con el tacto, además de que está bastante más escondida de lo que debiera ver la gente... así que no es nada preocupante.
Y bueno, me quedé mirando mi nueva cicatriz, un poco deprimida, porque dije, pucha... esto me salió seguramente porque engordé. Y claro, el cuerpo me "castiga" dejándome una marquita que me recordará más adelante que en algún momento me engordaron las piernas. No basta con que los pantalones queden más apretados o definitivamente no me quepan y tenga que comprar unos nuevos. Queda la cicatriz.
Y es verdad, esto de la celulitis, las estrías, la gordura, no pasa de ser un aspecto estético que no afecta la salud. (Aunque la obesidad sí que la afecta, y se está convirtiendo en epidemia). El asunto es que a todas las mujeres nos gusta vernos bien.
Hay algunas fanáticas que no salen de su casa si no es con capas de maquillajes, peinado de peluquería, ropa a la moda y tacos. Otras que se operan. Yo me considero más normal...
Y, claro, el principal motivo que tienen las mujeres para arreglarse son los hombres.
También he escuchado que a las mujeres les gusta arreglarse para que las vean otras mujeres. Todo para generar una sana envidia. Pero al final, lo que importa es la competencia por los hombres. No hay mujer que no se sienta bien si se sabe atractiva para el hombre.
Y a los hombres les gusta eso.
Y bueno... acá viene toda la parte del transantiago, y los manoseos, y los tipos que se te pegan en la espalda aunque haya más espacio, algunos osados que usan las manitos, los tipos que te gritan asquerosidades en la calle, o lo que es peor, te lo susurran al oído mientras caminas. Y ahí el ego se convierte en asco, dan ganas de taparse entera y enfundarse una burka a pesar de los 30ºC de Santiago.
Pero igual las mujeres nos seguimos arreglando para nuestros hombres. No porque ya haya conseguido el mío, voy a descuidarme. No es que sean piezas de caza (aunque algunas andan definitivamente de cazería), pero igual me gusta que mi novio me diga que me veo linda. Y con los años de matrimonio parece que la cosa no cambia. Recuerdo a mi hermana diciéndole a mi mamá que tenía que cuidarse, adelgazar, hacer ejercicio, pa que mi papá la viera bonita. Y mi papá tiene una panza nada despreciable, y nadie le dice nada. Porque claro, la mujer es la que tiene que ser atractiva para el hombre, y no al revés.
Quizás ya me he explayado mucho, pero no puedo dejar de contar acerca de la despedida de soltera. Ésta contó con la presencia de nada más y nada menos que Tatiana Merino, quien fue a dar clases de "sensualidad". Partió con cosas simples, como caminar de cierta forma, mirar de cierta forma. Nos pasó trajes para que nos vistiéramos. De enfermeras, colegialas, gatitas, sadomasoquistas, etc... Y nos refregaba en la cara nuestro rol de mujer. Esa que no puede fallar, aunque esté cansada, con hijos, con la casa impeque.
"Cuando llegue tu marido cansado del trabajo, aunque tú también estés trabajando y estés cansada, tú lo recibes con un show. Le das masajes, le bailas. Porque no se te puede olvidar tu rol de mujer. Ése siempre está, niñas, no se les puede olvidar nunca."
Y durante un rato, nos enseñaba "trucos". Jugar a la masajeadora que recibe al señor con una sesión de masajes, jugar a la showoman que le hará un striptease (con trucos para sacarse la ropa incluídos) . Pacitos de baile, tacto, zonas erógenas... Y luego un examen para la novia (vestida de gatita) que tenía que simular que el novio estaba en una silla, y mostrar lo aprendido. Al final, la novia se vestía de vedette, con plumas incluídas. Y recibió de regalo un cd de música, con el que habíamos ensayado, y algunos "manuales" con lo que se había comentado en la "clase". Además de mucha ropa interior sexy, que recibió la novia de parte de familiares y amigas. Diablita, conejita, encajes, etc.
Lo pasé súper bien la verdad. Me reí mucho y aprendí. Probablemente sea útil. Pero igual me dio un poco de rabia que mientras las mujeres nos instruíamos para satisfacer a los hombres, éstos andaban de lo más felices con un par de minas que les bailaban.
No es acaso un asimetría muy grande??
Ella, la ella, es ingeniera.
