MIRADA

25.7.06

Volví

Y volví distinta.
Creo que nadie puede quedar indiferente después de lo que se vive en Misiones.
El ver a Cristo en los niños, en los jóvenes, en los adultos. En los presos, los enfermos y hasta las prostitutas, no puede dejar a nadie igual.

Todo partió con un gran miedo... Nueva zona, urbana, con gente muy distinta a la de Chanco. En la misa del primer domingo se veían ojos y pelo claro, carteras caras, abrigos de piel. Nosotros fuimos a las poblaciones. Pero no podía dejar de ser impactante el contraste entre el hotel, el museo y el tren del vino a unos pocos metros de tanta gente necesitada.

El miedo que tenía era grande, pero poco a poco nació en mi corazón el amor por cada una de estas personas, y ese amor me llevaba a ellos, y el miedo desapareció.
¿Como no amar el servicio de la Sra Gladys? ¿La energía de la Sra Bernardita? ¿Las ganas de la Karolina? ¿La sonrisa y el cariño de la Lissette?

¿Como quedar indiferente?

3 Comments:

a las 10:36 p. m., Anonymous Anónimo lanzó...

Como te dije en el MSN, que bueno saber que todavía vas a misiones, y además tienes experiencias nuevas ahora en una ciudad. Y está bien misionar ahí, porque lo que tú dices en el primer parrafo no es patrimonio exclusivo de las zonas rurales. Bueno, te dejo, esperando verte pronto y felicitándote por seguir ligada a esto. Un gran abrazo amiga.

 
a las 11:13 p. m., Blogger Mariel Ardilla lanzó...

GaB...
La misión sin ti hubiese sido tan solitaria.
Es cierto. Santa Cruz es una ciudad practicamente sin términos medios. Una Tienda Paco Rabanne en la plaza y a 6 cuadras una anciana que vive en la miseria material más absoluta.
El tren del vino pasando por fuera de una escuela que sirve de albergue para una casa de menores del Hogar de Cristo.
Contrastes. Vi a Cristo. A cada instante. De manera ininterrumpida.

 
a las 4:35 a. m., Blogger Hector lanzó...

Hola Gabriela, es bueno saber que "disfrutaste" (por lo menos a tu modo) tus vacaciones.
Nos vemos la proxima semana

 

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